Por Arthur Schopenhauer
“La belleza de la convivencia es la aceptación.” – Sweta Singh
Sucedió en uno de los inviernos más fríos que asoló al planeta. Miles de animales morían y ya no quedaban grutas disponibles para salvaguardarse de la temperatura y la ventisca.
Varios erizos, al ver que morirían si no hacían algo, decidieron agruparse para mantenerse calientes. Parecía una gran idea, hasta que las púas de cada uno herían a sus compañeros más cercanos. Al no poder soportar el dolor, varios erizos se separaron y al poco tiempo murieron de frío.
El grupo de erizos debió tomar entonces una difícil decisión: permanecer juntos a pesar de las heridas y sufrir para tener calor, o distanciarse y morir de frío. Aquellos que aprendieron a convivir con el dolor sobrevivieron al invierno, mientras que los que no resistieron murieron solos en la nieve.
Como decía el Papa Francisco “El sufrimiento no es un sadomasoquismo, es un pasaje necesario, pero transitorio», a la luz de la fe, “puede convertirse en un factor decisivo para un camino de maduración”.
Y tú…
¿Qué has aprendido del sufrimiento?
Pídeselo a Dios…
“Dios nuestro,
danos paciencia y amor,
para que al momento
de un sufrimiento
actuemos con sabiduría y aceptación».
Amén.