Corazón de Cebolla
30 de Enero de 2019
¿Sabes por qué las cebollas te hacen llorar?
“A donde quiera que vayas, ve con el corazón”.
Había una vez un huerto lleno de hortalizas, árboles frutales y toda clase de plantas, que da gusto sentarse a la sombra de cualquier árbol a contemplar todo aquel verdor y frescura, y disfrutar del canto de los pájaros.
Un buen día, empezaron a nacer unas cebollas, cada una tenía un color diferente: rojo, amarillo, azul, verde,… cada cebolla tenía dentro, en el mismo corazón, una piedra preciosa. Una tenía una esmeralda, la otra un rubí, la otra un topacio, la de más allá un diamante. ¡Una verdadera maravilla!, pero los demás plantas del huerto tuvieron envidia de ellas, hasta llegar el punto de apartarse.
Así que las bellísimas cebollas tuvieron que empezar a esconder su piedra preciosa. Pusieron capas y más capas para cubrir cómo eran por dentro, poco a poco fueron convirtiéndose en unas cebollas comunes, como las que conocemos ahora.
Un día pasó por allí un niño al que le gustaba sentarse a la sombra del huerto. Pasaba tanto tiempo que llegó a entender el lenguaje de las cebollas y a dialogar con ellas, y descubrió lo que había en lo profundo de sus corazones. Comenzó a preguntarle a cada una: ¿Por qué no eres como eres por dentro? y ellas respondieron: Me obligaron a ser así, incluso yo me puse algunas capas para que no me dijeran nada, y otras ni se acordaban del por qué se pusieron las primeras capas.
Ante estas respuestas, el niño entristeció y comenzó a llorar, desde entonces todo el mundo llora cuando una cebolla nos abre el corazón.
Y tú…
¡Qué guardas en los profundo de tu corazón?
Pídeselo a Dios…
“Dios nuestro ayúdanos a tener confianza y a expresar sin miedo, nuestra persona”
Amén
¿Involucro a otras personas en mis problemas?
16-Enero-2019
“Hay que saber dejar los problemas y no llevarlos cargando siempre”.
Un rico comerciante contrató a un carpintero para restaurar una antigua casa colonial. Como el comerciante era de esas personas a las que les gusta tener todo bajo control y le preocupaba que el trabajo no quedase bien, decidió pasar un día en la casa, para ver cómo iban las obras.
Al final de la jornada, se dio cuenta de que el carpintero había trabajado mucho, a pesar de que había sufrido varios contratiempos. Para completar el día de mala suerte, el coche también se negó a funcionar así que el empresario se ofreció para llevarle a casa.
El carpintero no habló durante todo el trayecto, visiblemente enojado y preocupado por todos los contratiempos que había tenido a lo largo del día. Sin embargo, al llegar invitó al comerciante a conocer a su familia y a cenar, pero antes de abrir la puerta, se detuvo delante de un pequeño árbol y acarició sus ramas durante pocos minutos.
Cuando abrió la puerta y entró en la casa, la transformación era radical: parecía un hombre feliz. La cena transcurrió entre risas y animada conversación. Al terminar la velada, el carpintero acompañó al comerciante al coche. Cuando pasaron por delante del árbol, este le preguntó:
– ¿Qué tiene de especial ese árbol? Antes de entrar estabas enojado y preocupado y después de tocarlo eras otro hombre.
– Ese es el árbol de los problemas – le respondió el carpintero. – Soy consciente de que no puedo evitar los contratiempos en el trabajo pero no tengo por qué llevarme las preocupaciones a casa. Cuando toco sus ramas, dejo ahí las preocupaciones y las recojo a la mañana siguiente, cuando regresó al trabajo. Lo interesante es que cada mañana encuentro menos motivos para preocuparme que los que dejé el día antes.
Esa noche, el rico comerciante aprendió una de las lecciones más valiosas de su vida.
Y tú….
¿Cómo manejas tus preocupaciones o problemas?
Pídeselo a Dios…
“Dios nuestro ayúdanosa saber manejar nuestros problemas sin perjudicar a los demás”.
Amén
El santo de la amabilidad
25-Enero-2019
“Nunca te enojes”
“Ten paciencia con todas las cosas, pero sobre todo contigo mismo”
Francisco de Sales nació en Francia en 1567; su padre lo tenía con un ideal, ser magistrado en una de las grandes universidades de París y en Italia formarlo como abogado para ser parte del senado; en cuanto terminó sus estudios, su padre le presentó a una hermosa joven para que se casará con ella; y a pesar de que la joven insistía, ella se dio cuenta de que Francisco tenía otros planes; también le llegaron propuestas de un puesto en el Senado, pero él las rechazó.
Su llamado era ser sacerdote, por ello, aparte de estudiar lo que su padre le encomendó, repartía su tiempo para estudiar teología; tiempo después pero con el consentimiento de su padre, Francisco se ordenó sacerdote, ya ejerciendo su vocación escribía hojas clandestinas de día, y las metía por debajo de las puertas en la noche, con la finalidad de predicar en lugares donde a los católicos se les prohibía asistir a misa, por esa razón, se ganó el premio «patrono de los periodistas»; sus escritos conquistaron a los franceses, de tal manera que lo consideran entre sus clásicos de literatura.
Su carácter era muy inclinado a la ira, y muchas veces la sangre se le subía a la cara ante ciertas burlas y humillaciones, pero lograba contenerse de tal manera que muchos llegaban hasta imaginarse que a Francisco nunca le daba mal genio por nada, gracias a su carácter, pudo convertir a muchos protestantes que seguían el calvinismo, a pesar de recibir portazos, soportar heladas y desprecios, nunca renunció a su fe y a su convicción de salvar almas. Murió a los 55 años en la navidad de 1622.
Y tú…
¿Qué propones para vencer obstáculos y alcanzar tus sueños?
Pídeselo a Dios…
“Dios nuestro, que nuestro carácter sea firme, y con ello alcanzar lo que realmente nos hará felices y estar cerca de ti”. Amén