SÓLO POR AMOR
¿Quién es mi hermano (a)?
“Ayuda a cruzar el bote de tu hermano, y el tuyo llegará a la otra orilla”.
Cuenta Teresita de Jesús…
“En una ocasión, en la lavandería, tenía enfrente de mí a una hermana que, cada vez que golpeaba los pañuelos en la tabla de lavar, me salpicaba la cara de agua sucia.
Mi primer impulso fue echarme hacia atrás y secarme la cara, con el fin de hacer ver a la hermana que me estaba asperjando, (rociando), que me haría un gran favor si ponía más cuidado. Pero enseguida pensé que sería tonta si rechazaba unos tesoros que me ofrecían con tanta generosidad, (ver el agua como bendición), y me guardé bien de manifestar mi lucha interior.
Me esforcé todo lo que pude por desear recibir mucha agua sucia, de manera que acabé por sacarle verdadero gusto a aquel nuevo tipo de aspersión e hice el propósito de volver otra vez a aquel provechoso sitio en el que tantos tesoros se recibían.
¿Y TÚ…?
¿CÓMO CONVIERTES LOS CONFLICTOS EN SATISFACCIONES?
PÍDESELO A DIOS…
DIOS NUESTRO, CONCÉDENOS LA GRACIA DE PODER VER LAS DIFICULTADES Y CONFLICTOS COMO UNA OPORTUNIDAD DE APRENDER Y CRECER COMO PERSONAS”.
AMÉN
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El elefante y la lluvia
¿Cuánto vale una gota de agua?
“Nunca reconoceremos el valor del agua hasta que el pozo este seco”.
25/09/2018
Cuenta la leyenda, que hace muchos años, un elefante dijo a la lluvia:
– Debes de estar muy contenta. Gracias a ti la tierra es verde y tiene árboles y flores. ¿Pero qué pasaría si de pronto comenzara a arrancar todas las plantas?
La lluvia se extrañó, luego se enfureció y advirtió al elefante que dejaría de mandar agua a la tierra si estropeaba las plantas, pero el elefante, además de curioso, era muy arrogante, y decidió pisotear la hierba, las flores y las plantas, derribó los árboles y dejó la tierra desolada.
Entonces la lluvia dejó de enviar agua y la tierra comenzó a secarse, por lo que el elefante comenzó a tener sed pues no encontraba agua para beber; sediento, habló con el gallo y le solicitó que fuera a hablar con la lluvia para pedir agua. La lluvia se conmovió al ver al gallo y mandó agua, consiguiendo formar un charco delante de la casa del elefante.
Ante esto, el elefante, advirtió a todos los animales que el charco era sólo suyo y no iba a dejar de beber de el a ningún animal; dejó al gallo de guardián para que nadie se acercara; sin embargo, llegaron los animales y se revelaron para beber del charco.
Cuando volvió el elefante, el charco ya no tenía casi agua, lejos de enfadarse, y al escuchar al gallo contar lo sucedido, se dio cuenta de lo sedientos que estaban todos los animales y de lo egoísta que había sido y se arrepintió. Entonces, la lluvia, que le escuchó llorar, comprendió que al fin el elefante había aprendido la lección, y volvió a llevar agua a la tierra, brotando nuevamente plantas, árboles y hierbas.
¿Y tú…?
¿Qué acciones realizas para cuidar el agua?
Pídeselo a Dios
«Dios nuestro, que seamos conscientes del valor de agua y cuidemos de ella».
Amén
Los tres secretos
¿Crecer o envejecer?
“En ocasiones, los jóvenes envejecen antes de tiempo”.
12/09/2018
El primer día de clase en la Universidad nuestro profesor nos desafió a que nos presentásemos a alguien que no conociésemos todavía, me quedé de pie para mirar alrededor cuando una mano tocó mi hombro y vi una señora sonriéndome y me dijo: “Eh, muchacho, mi nombre es Rosa, tengo 87 años de edad ¿Puedo darte un abrazo?”
Me reí y respondí: “¡Claro que puede!”, ella me dio un gigantesco apretón y le pregunté: “¿Por qué está Ud. en la Facultad?”, y ella dijo: “Siempre soñé con tener estudios universitarios”. Todos los días en los siguientes tres meses teníamos clase juntos y hablábamos sin parar, yo quedaba siempre extasiado oyendo a aquella `máquina del tiempo´ compartir su experiencia y sabiduría conmigo. Al fin de semestre invitamos a Rosa a hablar en nuestro banquete del equipo de fútbol.
Antes de comenzar a leer, dejó a lado su discurso preparado y dijo: “Voy a hablar sobre lo que sé, existen solamente tres secretos para que continuemos jóvenes, felices y obteniendo éxito: Se necesita reír y encontrar humor en cada día, se necesita tener un sueño, pues cuando éstos se pierden, uno muere; y se necesita conocer la diferencia entre envejecer y crecer. La idea es crecer a través de la vida y encontrar siempre oportunidad en la novedad. Los viejos generalmente no se arrepienten por aquello que hicieron, sino por aquellas cosas que dejaron de hacer”.
Al fin de ese año, Rosa terminó el último periodo de la facultad que comenzó tantos años atrás. Una semana después de recibirse, Rosa murió tranquilamente durante el sueño.
Adriana Macías
¿Te quejas tanto?
“Quejarnos por pequeñeces, no nos da la oportunidad de ver la grandeza de la vida”.
04/09/2018
Sus padres le pagaron unas prótesis, pero Adriana nunca se adaptó a ellas, le parecían pesadas y estorbosas. Comentaba: “Los doctores no tenían la visión de que pudiera hacer todo con mis pies, pero yo tenía mucha práctica por mis juegos: las Barbies fueron mi mejor terapia ya que con ellas aprendí a peinar, a vestir, a abrochar botones, cosas que luego hice conmigo”.
Creía que sus brazos iban a crecer en algún momento de su vida, pues veía a sus papás y hermanas con brazos. Cuenta que de niña se caía frecuentemente al caminar; en su adolescencia los obstáculos no le impidieron tener amigos; en su juventud, después de tres años, su novio le canceló el matrimonio porque no podía estar con alguien sin brazos. Tiempo después se propuso seguir un ideal: ‘Vivir con dignidad y ser feliz con lo que toca vivir, no más tristeza’.
Esa actitud positiva fue una decisión que tomó para estar abierta a la vida. Ahora es Licenciada en Derecho, tallerista, escritora de tres libros, conferencista, madre de una niña de tres años y felizmente casada.
Y tú…
¿qué necesitas para quitarte lo “pesado y estorboso” y poder progresar?
Pídeselo a Dios…
“Dios nuestro, que seamos capaces
de ver las oportunidades que nos ofreces en nuestra vida.
Amén