ABRIL

Icaro

ÍCARO

¿Hasta dónde quiero volar?

El impulso es el vehìculo de la emoción, un sentimiento expansivo que busca expresar en la acción”

Ícaro se conoce a veces como el inventor del trabajo en madera. Es hijo de Dédalo, genio de la antigüedad que le mostró a Ariadna cómo Teseo podía encontrar el camino en el laberinto de Minos, donde se encontraba el Minotauro (monstruo con cuerpo de hombre y cabeza de toro).

Con esta ayuda, Teseo fue capaz de matar al Minotauro, por lo que el rey Minos y padre del monstruo, muy molesto encerró a Dédalo con su hijo en el laberinto.

Con la intensión de huir, Dédalo fabricó unas alas para él y su hijo. Las adhirió con cera a los hombros de Ícaro y luego en los suyos e iniciaron el vuelo que los llevaría a la libertad. El padre había advertido a su joven e imprudente hijo que no volara demasiado alto ni demasiado bajo.

No obstante, las advertencias de su padre, Ícaro fascinado por lo maravilloso del vuelo se elevó por los aires desobedeciendo a Dédalo quien no pudo impedirlo. Además, Ícaro se sintió dueño del mundo y quiso ir más alto todavía. Se acercó demasiado al sol, y el calor que había derritió la cera que sostenía sus alas, por lo que las perdió. El desdichado y temerario joven acabó precipitándose en el mar, donde murió. Por eso, desde entonces ese mar se conoció como El Mar de Icaria.

 

Y tú…
¿Qué has aprendido ante las imprudencias que has experimentado?

Pídeselo a Dios…
“Dios nuestro, concédenos la templanza, en nuestras aspiraciones,palabras y acciones”
Amén.

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El jabalí

3 de abril

¿Te has halagado más de la cuenta?
El orgullo que se alimenta con la vanidad acaba en el desprecio

En una selva habitaba un gran jabalí, que además de prepotente, tenía aires de superioridad y vivía constantemente adulándose a sí mismo. Vivía pregonando que no tenía rival, y que en algún eventual combate no había animal que pudiera devorarlo o superar todas sus habilidades. Pero ni él mismo se imaginaba lo que le iba a suceder un tiempo después.

En vista de la actitud del jabalí, los animales le tenían mucho respeto, de hecho, al igual que él, creían que este animal no tenía rival que lo venciera en una batalla.

Resulta que llegó un día no esperado por el  jabalí: en el camino se encontró una pantera con mucha hambre, que al visualizar al jabalí decidió ir por él, para que se convirtiera en su alimento del día. Por supuesto que el engreído no iba a dejar pasar la oportunidad para demostrar todas aquellas habilidades y poderes que según él tenía, y que según nadie lo iba a vencer.

La pantera no tuvo muchos inconvenientes para devorarlo, y los habitantes de la selva se dieron cuenta que todo lo que decía ser el jabalí, no era cierto.

Y tú…
¿Cómo actúas frente a la arrogancia?

Pídeselo a Dios…
«Dios nuestro, ayúdanos a ser humildes para aceptar nuestra persona,no dejarnos llevar por apariencias y así vencer nuestro egoìsmo»

Amén.