¿Buscas siempre el diálogo?
“Una voz fuerte no puede competir con una voz clara, aunque esta sea un simple murmullo. (Confucio).”
Por el año 1613, en Francia, existía un sacerdote llamado Vicente de Paúl, quien fue encomendado por parte del Cardenal de Berulle la formación humana y espiritual de la familia Gondí, personajes notables de aquella época; el Señor Gondí era comandante de la flota real de Francia y su esposa, poseía grandes propiedades, los campesinos que habitaban en esta zona estaban abandonados en cuanto a lo religioso, pero un buen día de 1617, la señora Gondí llevó a Vicente a su castillo de Folleville, y él, movido por atender a los pobres, reunió a todos los campesinos en la iglesia y les habló con mucha fe y amor, que todos quisieron confesarse.
Con el Señor Gondí, realizó también una conversión muy importante, aquel caballero de la nobleza era un muy buen combatiente a espada, los hidalgos (ilustres personajes), le estimaban demasiado pero también le temían por su bravura y violencia, fácilmente con pretextos insignificantes sacaba su espada y se batía en duelos a muerte. Un día, antes de pelear, quiso asistir a la misa del Padre Vicente, y al final de la misa, el padre Vicente, sabiendo que se iba a pelear, se arrodilló y le habló con amabilidad: “Señor, yo sé que planeas hoy enfrentarte en duelo. Te pido que desistas de este enfrentamiento y te digo de parte de Dios, sino obedeces, el Señor ejercerá su justicia sobre ti y sobre todo tu futuro”. Ante esa firmeza y valor, el señor Gondí desistió y decidió no pelearse nunca más.
Estos eventos sirvieron para aumentar la estima y admiración de la familia Gondí por Vicente, lejos de resentirse, los Gondí llegaron a ser uno de los bienhechores más generosos y fieles de las obras de San Vicente.
Y tú…
Ante diferencias con otros ¿Buscas el diálogo? ¿Por qué?
Pídeselo a Dios…
“Dios nuestro,
que la firmeza y amabilidad
con la que hablaba
Vicente de Paúl
también nos conduzca
en nuestros diálogos con los demás».
Amén.