El Ánfora agrietada

¿Tienes Fe?

“No importa lo lento que vayas mientras no te detengas” – Confucio

Todos los días, un campesino llevaba agua de un pozo hasta su pueblito, en dos gruesas ánforas de barro que cargaba sobre un burro. una de las ánforas , ya vieja y llena de rajaduras, durante el viaje siempre perdía agua. la otra nueva y perfecta, conservaba todo su contenido sin perder ni una gota. El ánfora vieja y agrietada se sentía humillada e inútil tanto más que la ánfora nueva nueva no perdía ocasión para presumirle su perfección.: “Yo nunca pierdo nada de agua” una mañana la vieja ánfora fue con su patrón a decirle: Sepa usted que yo soy consciente de mis límites: Usted pierde tiempo, fuerzas y dinero por mi culpa. Para cuando llegamos al pueblo ya estoy medio vacía, Perdone mi debilidad y mis heridas. Al día siguiente, durante el viaje, su patrón, se dirigió a el ánfora agrietada y le dijo:” mira los bordes del camino”. Está bellísimo, lleno de flores” contestó. “solo gracias a ti” le dijo el patrón. has sido tú quien cada día riegas los bordes del camino. Yo he comprado un paquete de semillas de flores y las he sembrado a lo largo del camino , y sin saberlo y sin quererlo, tú las riegas cada día.

Y tú…

¿Consideras que de lo malo puede salir algo bueno? ¿Por qué?

Pídeselo a Dios…

“Dios nuestro,

danos paciencia

ante el desánimo

y fortaleza

ante el cansancio.“

Amén.

CCCXXIX
Dirección de Pastoral

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