¿Cómo actuar ante la desesperanza?
“Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.” – Salmo 166
Cuenta que una vez un hombre viajaba por el océano y su barco se hundió, quedando a la deriva. Al recuperarse de su pésima condición, lo entrevistaron y contó el peor error que había cometido.
Al sentir una sed desesperánzate, bebía agua salada, y por la sal contenida en la misma, lejos de saciarse, sentía más sed e introducía sal y arena a su cuerpo que lo deshidrataba más, comentó que al notar esto; su último recurso fue orar a Dios para salvar su vida, por varios días estuvo así hasta que milagrosamente fue encontrado por un bote pesquero.
Entonces comprendió que existen ocasiones en nuestra vida, que se asemejan a esta experiencia, al sentir desesperanza o sentir sed de amor, cariño, comprensión, verdad o atención, la buscamos en cosas que lejos de saciarnos, nos dejan peor que antes.
Así, el solitario se refugia en otro más solitario; el falto de amor lo busca en los placeres y la vida desenfrenada; el incomprendido se refugia en vicios y mal carácter para llamar la atención, pero solo van creando un vacío mayor.
Concluyó su entrevista, invitando a quienes conocieran su historia que, ya es momento de que dejemos de llenar nuestros cuerpos de agua salada y comprendamos que Dios es el único que nos puede comprender y transformar.
Y tú…
¿Acudes a Dios cuando te sientes con desesperanza? ¿Por qué?
Pídeselo a Dios…
Dios nuestro,
que nunca olvidemos
que en ti
podemos encontrar la esperanza.
Amén.