El hombre de la bicicleta

¿Puedes dejar todo para ayudar a los demás?

“De todas las variedades de la virtud, la generosidad es la más estimada.”Aristóteles

Había una vez un hombre de casi 70 años que casi no tenía dinero, y se ganaba la vida vendiendo ropa. Salía todos los días a trabajar y llegaba con algo de dinero a casa y así mantenía a su esposa. Sin embargo, las carencias y la dificultad de las cosas no derrotaban al hombre. Seguía trabajando y siempre tenía buen ánimo para hacer las cosas.

Y el hombre en verdad quería una bicicleta. Así que un día compró una que estaba en un depósito de chatarra. Cuando llegó a casa, de inmediato comenzó a trabajar para repararla. Pasaron varios meses y la bicicleta estaba a punto de quedar lista para el primer paseo. ¡El hombre estaba muy emocionado y tenía toda la ilusión del mundo en probar su bici!

Y un día el hombre se encontró a un amigo.

– ¡Hola, Juan! ¡Pero qué milagro! ¿Cómo has estado? – Preguntó con el característico ánimo.

Juan sólo lo miró y se le nublaron los ojos.

-Muy mal. – Respondió con tristeza. -Unos ladrones entraron a mi casa y robaron mi bicicleta, con la que me iba a vender mis tacos. También se llevaron mi estufa, los tanques de gas y hasta mi ropa. Ahora ya no tengo con qué trabajar. Por suerte mi primo me prestó una estufa chiquita y con eso podré hacer mis tacos, aunque sea saldré a vender cargando la canasta en los hombros. Juan vendía tacos, por las calles de la Ciudad de México.

El hombre viejo escuchó toda la historia de su amigo. Suspiró y le dijo:

-Juan, yo tengo una bicicleta que te puede servir. Te la regalo. Ve por ella a la casa cuando puedas. Pero el lunes quiero que comiences a trabajar con ella. Con lágrimas en los ojos, Juan aceptó. Y el hombre cedió su bicicleta a alguien que la necesitaba más, sin importarle lo mucho que había trabajado en ella.

Y tú…

¿Qué consideras te falta para hacer este tipo de actos?

Pídeselo a Dios…

Dios nuestro,
difunde en nuestra alma
la virtud de la generosidad
para construir solidaridad.
Amén.

1Fenómeno en el que una hostia consagrada sangra.

CCCLIII
Dirección de Pastoral

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