¿Qué es lo que más te apasiona?
“Quien mueve montañas empezó apartando piedritas”.
Marlee Matlin nació en perfecto estado de salud e incluso había pronunciado sus primeras palabras, a sus 18 meses comenzó a dejar de escuchar. Casi sin explicación y sin antecedentes familiares de sordera, perdió la totalidad de su capacidad auditiva en el oído derecho y 80% del izquierdo, aparentemente a causa de una malformación congénita del caracol, en su oído interno.
Pero esto no lo detuvo, a los siete años comenzó a actuar, y debutó en los escenarios en el Centro Internacional Sobre la Sordera y las Artes, que provee educación y oportunidades artísticas para quienes tienen dificultad o incapacidad de oír. En el transcurso de su infancia y su adolescencia Marlee participó en obras de teatro infantiles, y mejoró notablemente sus dotes actorales.
El lema de su vida es «Lo único que no sé hacer es oír». Gracias a esto, ha tenido una vida normal, se convirtió en actriz e incluso obtuvo un premio Óscar en 1987 (Hijos de un dios menor). Marlee a menudo dice: «Hago todo para que la gente entienda lo que me enseñaron mis padres: que los sordos no solo merecen respeto sino también ser escuchados». Además, aprendió a ver la virtud en su sordera y se graduó en la disciplina de Justicia criminal en la Universidad de Harper (EUA).
Y tú…
¿Qué mensaje de inspiración
darías a partir de tus
limitaciones?
Pídeselo a Dios…
“Dios nuestro,
concédeme a estar atento
a tu voz, y ser instrumento
de tus maravillas.
Amén