¿Te hierve la sangre?
“Odiar es un despilfarro del corazón, y el corazón es nuestro mayor tesoro”.
24-04-2018
Una profesora de bachillerato le pidió a sus alumnos que colocaran en una bolsa de plástico algunos tomates. A cada tomate debían darle el nombre de una persona a quien el estudiante odiara, de manera que el número de tomates sería igual al número de personas odiadas.
Trajeron los tomates al salón de clase e identificaron cada uno cuidadosamente. Algunos alumnos tenían dos tomates, otros tres y algunos hasta cinco. La maestra les explicó que durante una semana debían llevarlos consigo donde quiera que fueran.
Al terminar la semana la maestra preguntó, “¿Cómo se sintieron llevando esa carga toda la semana?” Los estudiantes se quejaron del mal olor y del peso de los tomates, a lo que la maestra respondió:
”Esto es muy parecido a lo que sucede en sus corazones cuando odian a alguien. El odio descompone el corazón y terminan llevando ese peso y esa podredumbre a todas partes. Si no podían soportar el olor de los tomates podridos por sólo una semana, imagínense el impacto en el corazón de llevar el odio durante toda la vida.
Y tú…
¿Qué haces para evitar que el odio se siembre en tu corazón? Pídeselo a Dios…
“Dios nuestro, hazme un instrumento de tu paz
donde haya odio, ponga yo Amor”.
Amén