El burro y el hielo

¿Siempre hablas de lo que piensas hacer?

“Un hombre con pereza es un reloj sin cuerda”.

Era invierno, hacía mucho frío y todos los caminos se encontraban helados. El burrito estaba cansado y no tenía ánimo para regresar al establo.

– ¡Ea, aquí me quedo! se dijo, dejándose caer al suelo.

Un pajarito amigo suyo se fue a posar cerca de su oreja y le dijo: -Burro, buen amigo, no estás en el camino sino en un lago helado.

– ¡Déjame, tengo sueño! – y con un largo bostezo, se quedó dormido.

Pero poco a poco, por el peso del burro, el hielo se fue rompiendo y el burro se despertó al caer al agua. Empezó a pedir socorro, pero nadie pudo ayudarle, aunque el pajarito bien lo hubiera querido, y se ahogó en el lago.

Moraleja: Nunca te dejes ganar por la pereza.

Y tú…

¿Qué actividades te dan pereza y cómo lo afrontas?

Pídeselo a Dios…

“Dios nuestro,

líbranos de la pereza

que nuestra vida no se estanque,

ayúdanos a progresar y superar

cualquier obstáculo”.

Amén

CCLIII
Dirección de Pastoral

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